Llegan las tan esperadas vacaciones, y con ellas una escenas que estamos muy acostumbrados a ver habitualmente en muchas de nuestras playas. Se trata de unos “profesionales” de dudosa capacitación que ofrecen a todos los turistas y bañistas sus servicios de masajes. Servicios que desaconsejamos totalmente. ¿Por qué?. Pues principalmente por las razones que aquí te damos.
- El lugar no es el apropiado. Tumbarse sobre la toalla en un terreno tan irregular, como es la arena de la playa, no es precisamente la superficie más idónea. El masaje en la espalda, que es el más habitual que ofrecen, deberá realizarse tumbado en una camilla, o en su defecto en una silla ergonómica.
- Falta de medidas higiénicas. En una consulta de fisioterapia, el profesional lavará concienzudamente sus manos tras cada paciente, utilizando incluso productos desinfectantes. Esto no ocurre en la playa, donde esta falta de higiene puede suponer el contagio de hongos o dermatitis, entre otras patologías.
- El desconocimiento del paciente. El profesional cualificado deberá conocer la historia clínica de cada paciente, sabiendo si sufre alguna lesión, si está en tratamiento, o cualquier otra patología previa que provoque que el masaje pueda estar contraindicado.
- El desconocimiento de la técnica adecuada. Un fisioterapeuta en un profesional debidamente preparado que sabe cómo debe actuar con cada paciente. Por contra, un masajista no cualificado, puede producir una lesión importante, o agravar las ya existentes.
Tu salud es lo primero. Ponte siempre en buenas manos con un fisioterapeuta colegiado.
